El Oriaté
El Oriaté
Maestro de ceremonia en las consagraciones de Osha.
La
regla de Osha se caracteriza por la cantidad de ceremoniales que se realizan en
las diversas consagraciones que tienen objeto cuando una persona necesita el
concurso de los Òrìsàs para estabilizar algunos aspectos de su vida. En estas
ceremonias deben estar presentes los padrinos, de quienes nacerán los
fundamentos sagrados que serán entregados a la persona ceremoniada, además
también deben estar presentes cierto número de Babalòrìsàs e Iyalòrìsàs que
trabajarán y serán testigos del ritual. Puede ser que en estas ceremonias los
Olòrìsàs presentes y los padrinos constituyan un grupo de personas respetables
y se hayan esmerado en la organización de la consagración, pero si falta el
Oriaté lamentablemente las ceremonias estarán incompletas. Con esto queremos
decir que ineludiblemente el Oriaté siempre debe estar presente en todos los
rituales de Osha ya que es el que dirige los ceremoniales gracias a los amplios
conocimientos que tiene sobre la religión Yorùbá. En otras palabras, el Oriaté
es un Olòrìsàs que tiene extensos conocimientos sobre los cantos, rezos y
ceremonias que se efectúan en el cuarto de Osha a la hora de realizar las
consagraciones. Este personaje tiene la sabiduría suficiente para estimular y
llamar las fuerzas o energías de los Òrìsàs en ese momento específico.
La
palabra Oriaté significa en lengua Yorùbá “la sabiduría que se lleva en la
cabeza”; etimológicamente podríamos descifrarla como, Orí: cabeza y Até:
estera. Recordemos que simbólicamente en el Até se manifiesta el conocimiento
del mundo, cuando se consultan cualquiera de los dos oráculos: el de Ifá y el
de los Caracoles. Se sabe que todo el conocimiento no puede estar en una
cabeza, como lo dice el odu “Ogbe Di”, pero lo oriateses deben instruirse cada
día más para poder llevar la responsablemente su importante título, por lo cual
deben mantener y ampliar sus conocimientos religiosos. La figura del Oriaté es
respetada en cualquier casa religiosa sin importar su edad cronológica, y en
algunos casos ni su edad sacerdotal, ya que es visto como un sacerdote de alta
jerarquía debido a su gran conocimiento.
El conocimiento del Oriaté
El
título de Oriaté no se entrega, llegar a serlo depende del estricto dominio de
todo el conocimiento que se utiliza en las consagraciones de Osha y el resto de
las ceremonias que se realizan entre Olòrìsàs. A nuestro juicio, para la
iniciación de un nuevo Oriaté también debe ser tomada en cuenta la opinión de
otro sacerdote experimentado, lo cual se tomaría como una licencia para darle
paso al nuevo sacerdote en el ejercicio de sus funciones como Obatero.
El
conocimiento que tiene el Oriaté lo convierte en Obá lo cual quiere decir en
lengua Yorùbá, “Rey”. De esta manera se puede observar que, gracias a su
sabiduría, el Oriaté es considerado Rey entre las personas que practican la
religión Òrìsà, y sin él sería imposible todo ceremonial de envergadura. Como
ya se dijo, todas las ceremonias importantes deben ser conducidas por él, desde
un Oro a Egun hasta el Ituto u horas fúnebres, pasando por los cantos a
Osanyin. Una expresión popular entre Babalòrìsàs nos dice, “sin Osanyin no hay
Osha”, lo cual significa que Osanyin le dará "vida" a los objetos
sagrados que se entregarán en cualquier consagración. En ese momento el Obá
hará un mínimo de 16 cantos o suyeres a esta importante deidad, para que éste
transmita los poderes que se encuentran en las plantas.
Estos
cantos y rezos son sumamente importantes en el trabajo del Oriaté, se deben
realizar totalmente en lengua Yorùbá y cada uno va a tener una función
especifica en los rituales, por lo que este debe conocer el significado de cada
uno para poder utilizarlos en el momento adecuado. Estos cantos van a variar
según sea el caso, como por ejemplo los quue see le hacen a Egun (ancestros y
espíritus guías) en donde se le rinde tributo a los antepasados, o a los
Babalòrìsàs, Iyalòrìsàs y Babaláwos difuntos. Se conocen aproximadamente 100
cantos a Egun, los cuales el Obá debe conocer, si no todos por lo menos la
mayoría, para así poder cumplir su cometido. También está el Oro de Igbodú o
cantos ceremoniales del cuarto de Osha, lo cuales son dedicados a los Òrìsàs e
Irunmole principales; en ese momento de la consagración, el Oriaté hace por lo
menos 3 cantos en Yorùbá a cada deidad. Estos cantos son específicos y el Obá
debe tener conocimiento de lo que está haciendo porque hay algunos para llamar
a las deidades, otros para alabarlos y hay hasta para calmarlos cuando se
posesionan de un Olòrìsà y llegan aturdidos a la Tierra.
Además
de los cantos, el Obá debe entender con perfecta claridad todos los conceptos
religiosos de los Yorùbá y el significado ritualístico de cada una de las
ceremonias que realiza. Debe conocer y aplicar las variantes que existen en las
reglas de consagración, las cuales se presentan cuando se consagra a los hijos
de Sàngó, Agajú, Oya, Òsóòsi, Ògún, etc. En otras palabras, cuando se consagran
los Òrìsàs antes mencionados se anexan ciertos detalles en los rituales los
cuales varían según la deidad que se va a consagrar. Todo ese conocimiento lo
debe dominar el Oriaté.
Otra
de las funciones del Obá-Oriaté (muchos piensan que así es como se debe llamar)
es la de interpretar el mensaje de los Òrìsàs a través del Oráculo de los
Caracoles en la ceremonia del Itá o lectura del porvenir. Allí el Obá debe
tener pleno dominio del oráculo además de los rezos de cada signo, los cantos
del Nangareo (desayuno que se tiene con Olorun antes de la ceremonia) y el ebo
de estera, en donde el iyawó es limpiado gracias a la influencia de los signos
del Caracol y los rezos que el Oriaté hace de cada uno de ellos. En este
importante ceremonial, el Obá deberá mostrar el extenso conocimiento que posee
sobre las historias o versos Yorùbá para extraer de ellos las metáforas que guiarán
el camino del nuevo consagrado, además deberá encontrar en estos mensajes las
fórmulas que mejorarán su vida.
Como
maestro de ceremonias, en sus funciones también recae la responsabilidad de
ayudar al Olòrìsà desencarnado a encontrar el camino que lo llevará a
Olódùmarè. El Obá, en la ceremonias del ituto, llamará a los Òrìsàs y a los
espíritus guías del difunto para que lo desprendan de la Tierra y lo lleven a
planos superiores.
Rey de Reyes
Las
funciones del Obá-Oriaté son múltiples, para dominarlas este sacerdote debe
tener un alto grado de vocación religiosa para así poder usar en su debido
momento las innumerables fórmulas extraídas de los profundos secretos de la
tradición religiosa Yorùbá. Este importante personaje debe tener una buena
capacidad mental para poder dominar todo el amplio conocimiento de los
ceremoniales de Osha, el cual deberá mantener fresco con el constante estudio
de rituales, cantos, patakíes y rezos necesarios para cualquier tipo de trabajo
en la religión.
Además
de todo el conocimiento que pudiera tener el Obá, generalmente su camino como
sacerdote es predestinado en el Itá, el día de su consagración. Como un Olòrìsà
recién consagrado, el futuro Obá-Oriaté no tiene idea de cuál va a ser su
destino dentro de la religión Yorùbá. En ese momento, a través de los signos
del caracol, los Òrìsàs determinan su destino y si puede llegar a ser Oriaté.
Normalmente el Itá no se orienta a determinar estos designios, pero si se
presenta el caso, y el Oriaté que está dirigiendo las ceremonias tiene buen
ojo, se podrá interpretar el mensaje en donde los Orìsàs determinan que el
recien consagrado será un nuevo maestro de ceremonias, tras lo cual debe
prepararse con la ayuda de los mayores para desempeñar dicho trabajo en un
futuro. Se puede observar entonces que los Òrìsàs señalan a al nuevo Oriaté a
través de los signos del oráculo de los caracoles, el día de su Itá, signos que
son principalmente: Obara Meji, Odi Meji, Eyeunle Meji, Odi Unle, Unle Di,
Ojuani Iroso, Odi Iroso, Unle Ogundá, Unle Iroso, Obara Di y Unle Osa.
Obviamente los Òrìsàs son los que dirigen esta religión, por lo tanto en el
caso del Oriaté se deben tomar muy en cuenta los signos u odus de los caracoles
para determinar si verdaderamente la persona tiene camino de Obá y así evitar
que en el futuro un supuesto Obá haga consagraciones incompletas o mal hechas
por la falta de capacidades. Estos signos se pueden observar tanto en el Itá de
Osha como en el Itá del Pinaldo, comúnmente llamado “cuchillo”. Esta ceremonia
es clave para los Oriateses, ya que para muchos Babalòrìsàs de experiencia, el
Obá debe tener “cuchillo” para poder realizar ciertas ceremonias en el cuarto
de Osha. Además, ¿como un Obá-Oriaté puede dirigir una ceremonia de Pinaldo si
no lo tiene?.
El
título de Oriaté es muy anhelado en la religión de los òrìsàs pero hay que
estar consciente de que no todos nacen para serlo. Como ya explicamos, se deben
reunir ciertas condiciones tales como: ser escogido por los Òrìsàs a través del
oráculo del caracol, tener ciertas capacidades para dominar los diversos
cantos, rezos y ceremonias de consagración, tener la ceremonia de Pinaldo o
“cuchillo” y gozar del “visto bueno” de Oriateses experimentados. Siguiendo
estas reglas perpetuaremos la tradición de nuestros antepasados.
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