LAS 7 OBRAS DE MISERICORDIAS ESPIRITUALES
Instruir, aconsejar, consolar, confortar, son obras de misericordia espirituales, como también lo son perdonar y sufrir con paciencia.
• 1. Enseñar al que no sabe.
Es importante que cooperemos con nuestros hermanos, pero es más importante enseñarles a realizar por ellos mismos aquello que no saben. Por ello, enseñémosle a orar, a perdonar, a perdonarse, a compartir,a entender etc.
• 2. Dar buen consejo al que lo necesita.
Para dar buen consejo, es necesario que nosotros mismos hayamos sido aconsejados por un director espiritual, que nos ayude a orar y nos regale el don de consejo. Así, bajo su guia, tanto nuestras palabras como nuestro actuar, serán un constante aconsejar a los que lo necesitan.
• 3. Corregir al que se equivoca.
Muchas veces nos enojamos, o reímos cuando vemos a algún hermano equivocarse, olvidándosenos que no somos perfectos e inevitablemente nos equivocaremos también. Pensemos, ¿nos gustaría que se rieran de nosotros?, definitivamente NO, así que, cuando alguien se equivoque, corrijámoslo fraternalmente para que no lo vuelva a hacer.
• 4. Perdonar al que nos ofende.
¡Que difícil!, tanto que Jesús nos dice que debemos perdonar 70 veces 7, es decir, SIEMPRE. Además en el Padre Nuestro, nos pone la condición de perdonar nuestras ofensas, como nosotros perdonamos a los que nos ofenden.
• 5. Consolar al triste.
Jesús nos ha dicho: “Dichosos los que lloran,porque serán consolados”. El consuelo de Dios, por medio de su Espíritu Santo, nos consuela. Pero, además, Dios se vale de nosotros para consolar a los demás. No se trata de decir: no llore, sino de buscar en las Escrituras, las palabras que mejor se adecuen a la situación. En los salmos podremos encontrar esa palabra de consuelo que requerimos, por eso, es conveniente recitarlos y meditarlos constantemente.
• 6. Sufrir con paciencia los defectos del prójimo.
¡Que fácil es ver la paja en el ojo ajeno y no vemos la viga en el nuestro! Tengamos paciencia con los ancianos, los niños, el vecino, el compañero de trabajo y ellos la tendrán con nosotros, en nuestros defectos.
• 7. Rogar a Dios por los vivos y los difuntos.
Cuando escucho a las personas orar, pidiendo por nosotros, me siento agradecido de saber que muchos elevan una oración al Creador por mi, o por amigos que se me adelantaron.
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